Bodas
Mi fotografía de bodas es (o al menos así lo intento) exactamente igual que la que realizo cuando salgo a la calle o viajo. Me gusta entender que es lo que fotografío, y eso se adquiere teniendo un conocimiento previo de la pareja y su entorno más cercano.
En las reuniones con mis clientes intento que haya cordialidad de una manera desenfadada. Prefiero que estén enfrente de mí con una cerveza, un café o un refresco; antes que mirándome a la cámara (para eso ya tendremos tiempo el día de la boda, del postboda o de lo que surja), hacerles saber que ese día no voy a estar ahí únicamente para tomar fotografías, sino para ayudarles.
En mis reportajes se puede ver a esas novias y novios con esa actitud que busco; la de disfrutar de lo que están viviendo, y tener la confianza en la persona que va a reflejarlo. Imágenes desenfadadas y cotidianas, que llenan de realismo el reportaje, ese es el objetivo. Empiezan conociéndome como Manuel Orero, y quiero que acaben llamándome Manolo.